domingo, 21 de junio de 2009

TERAPIA SEXUAL

La Sexología clínica tiene como objetivo primario el tratamiento de las disfunciones sexuales. Es decir, de aquellas alteraciones de la función sexual que tienen su origen en una educación sexual deficitaria, en conflictos individuales (depresión, ansiedad, fobias, etc.) y/o de pareja.
Existen tres objetivos principales en el tratamiento de las disfunciones sexuales: - Proporcionar un enfoque estructurado que permita a la pareja reconstruir gradualmente sus relaciones sexuales. Consiste en una serie de pasos relativamente pequeños que la pareja puede abordar uno tras otro.
- Ayudar a la pareja y a su terapeuta a identificar los factores específicos que mantienen la disfunción sexual.
- Proveer a la pareja de técnicas específicas para tratar los problemas particulares.
La terapia sexual cuenta con el respaldo y la base de años de investigación y estudio, mostrando ser el método más efectivo para el tratamiento de distintas disfunciones sexuales tales como: la disfunción eréctil, eyaculación precoz, eyaculación retardada en el hombre e inhibición del deseo, anorgasmia, dispaurenia y vaginismo en la mujer.
Posteriormente en forma conjunta y paulatina, durante el tratamiento, se va asignando una serie de tareas para realizar en la intimidad, que plasmarán en la práctica las conceptualizaciones teóricas de la solución de la disfunción. Estos encuentros sexuales son una manera de recanalizar las vías de comunicación de la pareja a través de la revalorización del vínculo por el afecto y el placer.
Algunas veces, cuando la disfunción ha creado problemas de pareja serios, es necesaria una intervención a ese nivel, previa o concomitantemente a su tratamiento.
Se recomienda la presencia de ambos miembros de la pareja para el tratamiento de las disfunciones sexuales, pero en aquellos casos en los que no se ha establecido una pareja o cuando existen severos desencuentros, a tal punto que la pareja no está dispuesta a participar en el tratamiento, se opta por la terapia individual.
El tiempo de duración de la terapia es muy variable, puede ir desde pocas semanas hasta varios meses. Éste depende, entre otras cosas, de la causa de la disfunción y de la capacidad de respuesta de cada persona. También es importante si tiene pareja y si ésta colabora y acompaña.
La terapia sexual se encuentra finalizada cuando desparecen las dificultades sexuales de la pareja, es decir cuando se alivia la disfunción y cuando los factores que eran directamente responsables del problema han sido identificado y resueltos lo suficientemente como para garantizar que el funcionamiento sexual del enfermo es permanente y sólido en grado razonable.
Existe un altísimo porcentaje de personas con algún tipo de disfunción sexual, lo que genera sufrimiento y deterioro en la relación. Pero la gran mayoría no consulta debido a múltiples factores, siendo que la solución a su dolor existe y muchas veces es más simple de lo que creen.

"La terapia sexual no es el arte de curar a los sexualmente enfermos, ni modificar a los sexualmente desviados. Su verdadero objetivo no es resolver una disfunción sexual, aunque con frecuencia lo haga y esta sea la meta inicial del consultante, sino acrecentar y mejorar la capacidad de goce de la propia sexualidad, y en este sentido la educación sexual es también terapéutica y la terapia sexual es una reeducación sexual o una educación especial". Octavio Giraldo Neyra. Colombia

sábado, 20 de junio de 2009

TERAPIA DE PAREJA

La propuesta de trabajo en la cual me baso, es el modelo sistémico desde el cual se observa a la persona como una parte de sistemas más complejos y amplios (como el familiar, social, cultural y económico) y se advierte qué formas de comunicación establece con su entorno. Está dirigida a quienes padecen problemas y sufren por ello.
Este abordaje es muy útil cuando hay problemas en las relaciones de pareja. A veces los problemas residen en las interpretaciones erróneas que hacemos de lo que el otro dice o hace y que nos causan sentimientos desagradables. Otras veces está en actitudes de un miembro de la pareja que influye negativamente en el otro como el caso particular de los celos, la dependencia o el independentismo. En muchos casos el error está en la comunicación, o en no tener en cuenta la reciprocidad. Todo ello puede dar lugar a un desajuste general de la relación o a desajustes en áreas determinadas como las actividades en común, los hijos, el trabajo fuera o dentro del hogar, las relaciones sexuales, o incluso la relación con los parientes políticos.
Se trabaja en el foco del conflicto a través del diálogo terapéutico y con técnicas y tareas activas encontrando resultados sorprendentes en un tiempo breve. El objetivo es transformar en funcional lo disfuncional para tener una vida armoniosa y placentera.
Ambos integrantes de la pareja tienen que estar de acuerdo en realizar la terapia y concurrir a las sesiones juntos. No se pude obligar a una de las partes si no quiere.
Es muy importante que la pareja sepa que tiene opciones, que no es víctima de una mala relación. Que no solo es posible sino que se deben hacer responsables de cambiar la situación por muy difícil que parezca.